miércoles, 5 de noviembre de 2014

Far Far West

Que no sirve de nada hablar sin saber es algo conocido, y seguramente experimentado, por todos. Además, es algo que provoca irritación en los que escuchan, si se percatan de la situación. Pero algo igual de molesto, aunque menos perceptible, es darse cuenta de que cuando se hablaba, se pensaba que se sabía. Algo así me ocurre ahora, tras casi dos meses trabajando un tema del que pensaba que sabía suficiente como para escribir seis posts con facilidad. Quién me iba a decir que escribir un post por semana resultaría tan enriquecedor.





Este proyecto me ha ayudado no solo a profundizar en las entrañas del western, sino a darme cuenta de que el lenguaje realmente favorece el conocimiento. Más aún el lenguaje escrito, en el que el cuidado de la expresión es fundamental. Intentar divulgar los conocimientos sobre el western que tengo, e incluso verme en la necesidad de investigar sobre nuevos aspectos del tema sobre los que no me había preguntado nunca, me ha permitido aumentar mi propio caudal de impresiones sobre el western. Además, he conseguido adquirir cierta soltura en el arte de divulgar información en la web a través de distintos formatos como blogTwitter.
 
 
 
 
 
En cualquier caso, hay cosas más importantes incluso que el conocimiento o la transmisión de éste. Una de estas cosas es la amistad, y el placer de trabajar en equipo que he podido experimentar desarrollando este blog es una señal de ella. Las cosas que  nos gustan, cuando son compartidas, nos gustan más. Para terminar, hago una recopilación de mis entradas, de modo que sea fácil seguir mi trayectoria personal en este proyecto:
 
 

martes, 4 de noviembre de 2014

Memorias del Lejano Oeste

Mi afición por el cine viene de hace mucho tiempo, de cuando en La 2 daban películas en blanco y negro comentadas por Garci y mi familia ponía en marcha el VHS para grabar una nueva película. Fue con el vídeo cuando yo descubrí a Paco Martínez Soria, a Cary Grant, a Marisol, a James Stewart, a Audrey Hepburn y muchos más. Fue con el vídeo cuando yo ví por primera vez Titanic, La Gran Familia, Sombrero de Copa o Uno, dos, tres. Y dentro de ese mundo infantil estaban las películas del Oeste, esas películas en la que unos jinetes vestidos de azul pasaban sed, penurias y ataques de los indios, respondiendo siempre igual, con un galope desenfrenado y un corneta tocando a la carga.



Este proyecto me ha servido para profundizar en este género cinematográfico en el que tampoco me había fijado especialmente (ya que para mí las comedias de los años 30 y 40 son lo del mejor cine). Y no solo me ha servido para profundizar en este tema tan apasionante sino que me ha permitido aprender a desarrollar estrategias de redes sociales y de búsqueda en Internet que creo que me serán muy útiles en el futuro (por ejemplo, alguna indicación la he aplicado a mi propio blog). Me hubiera gustado un poco más de libertad con los temas de las prácticas ya que el western no es precisamente algo que esté de moda y completarlas ha resultado más difícil que someter a Gerónimo (por lo menos), pero eso me ha hecho tirar de imaginación y creatividad, cosas que nunca vienen mal. 


Ha sido un placer poder colaborar con dos estupendos compañeros en esta empresa, que han dado lo mejor de sí mismos para sacar el proyecto adelante y con los que, Dios mediante, habrá que organizar un ciclo de cine western. Espero que los posts que he escrito hayan interesado a algún lector entusiasta; de todas maneras dejo aquí una recopilación de mis contribuciones para algún lector despistadillo:

          1. Casacas Azules
          2. El Sheriff
          3. Fuentes de información para el Western
          4. El Rey Italiano del Western
          5. La presencia del western en Google+, Instagram y Flickr
          6. Mil maneras de morder el polvo

lunes, 3 de noviembre de 2014

A modo de síntesis

Cuántas veces platicamos desde el púlpito, y no digamos lo bien que resolveríamos los problemas del país mientras sostenemos una jarra de cerveza en nuestra mano. Pero todos sabemos lo difícil que es pasar de la teoría a la práctica. En este caso la teoría no hace referencia a los Presupuestos Generales del Estado, sino a mi afición por el cine. Más en concreto, a mi afición por el western.

La asignatura de Comunicación Multimedia me ha permitido profundizar y, lo que es más importante, divulgar, un tema que siempre me había apasionado. He visto westerns desde pequeño, y desde entonces he presumido de mi sabiduría acerca del lejano oeste. Pero nunca lo había plasmado sobre el papel (sobre la web, en este caso). Y esto ha sido posible gracias a dos amigos, que a modo de escuderos, han apoyado esta empresa con mayor fe que la que profesaba Sancho Panza respecto a Don Quijote.


Semana tras semana, yo tenía una cita en Monument Valley. Allí me esperaban los personajes de John Ford, John Wayne y James Stewart, y para acercarme mejor a ellos debía de servirme de las fuentes más especializadas en el tema, principalmente CinemaconSpaghetti Western Database y Western Writers of America. Allí pude aprender la lengua apache con que aproximarse al género. Doy gracias. Con lo mucho que he aprendido, quizá ahora sea digno de entrar a hablar en la tienda de un gran jefe indio.

Recopilación de mis entradas: